Texto y fotos: Luz Cecilia Andrade, Alexandra Gutiérrez, Aranza Bustamante, Carolina Argueta y Mónica Cruz
En marzo las bugambilias florecen y, con ellas, las ganas de alzar los puños en alto adornados de pañuelos morados y verdes que miles de mujeres hartas de la violencia simbólica, física o económica viven en todo el territorio mexicano.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, alrededor de 80 mil mujeres y niñas salieron a las calles a protestar, gritar, cantar, bailar y romper aquellos símbolos que parecen ser más importantes que la vida de una mujer víctima de feminicidio, violentada o secuestrada.
En esta galería te mostramos nuestras miradas, nuestras formas de ver y vivir –como mujeres jóvenes–, la resistencia constante que en esta fecha alcanza un auge visual violeta en las calles de la Ciudad de México, y que expresa poética pero brutalmente, la fuerza de decidir vencer el miedo.
Mónica Cruz
En el marco del 8 de marzo, mujeres de algunos municipios mexiquenses colindantes a la Ciudad de México nos organizamos para asistir juntas a la mega marcha. Nos nombramos “el Contingente Periférico”.
Sabemos que estamos expuestas a la violencia feminicida todos los días al transitar grandes distancias desde nuestros territorios hacia la Ciudad Monstruo. Vivir a las orillas es resistir y este día en especial, decidimos tomar nuestro circuito de siempre para apropiarnos de él, sacando a relucir los pañuelos verdes y violetas en cada transporte que nos lleve a donde nos han dicho deben estar dirigidas nuestras aspiraciones.





Luz Cecilia Andrade
Dos mil veintiuno fue un año triste para mí porque no pude salir a marchar y capturar los matices que las mujeres trazan cada 8 de marzo. Sin embargo, este año me sentí en verdad feliz de poder fotografíar sus pasos, danzas, carteles y escuchar sus consignas fuertes y claras a pesar de tener un cubrebocas tapando la mitad de sus rostros.
Como mujer y fotógrafa, me llena de orgullo y satisfacción saber que a pesar de las pandemia, y los problemas políticos que atraviesa actualmente el mundo, la lucha que nosotras llevamos desde nuestras trincheras sigue en pie.





Aranza Bustamante
Tenía mucho tiempo sin ver a tantas mujeres juntas. La pandemia nos quitó tanto y una de esas cosas fueron las grandes manifestaciones, aunque de por sí la Ciudad de México es conocida por ser uno de los espacios en los que mayor cantidad de personas se reúnen para protestar. Este 8 de marzo no fue la excepción.
De nuevo tuve el honor de documentar al movimiento de mujeres que están haciendo historia. He tenido el privilegio de hacer mi trabajo desde la capital del país, pero últimamente no deja de invadirme la idea de que allá afuera, en otros estados, las mujeres también resisten y se enfrentan niveles de violencia inconsebibles. Nuestra lucha sigue, cada una desde nuestras distintas posiciones: la mía es desde mi lente y mis letras.






Alexandra Gutiérrez
El 8 de marzo de 2022 fue mi segunda marcha como parte de la conmemoración del Día de la Mujer y la primera como fotógrafa. A través del lente debemos recordar que cada mujer que aparece en nuestras imágenes ha sido víctima del sistema patriarcal que nos oprime, o que conoce y es empática con aquellas que lo han sufrido.
Las calles de México y otros países se tiñen de morado para tratar de erradicar el rojo de cada asesinada, desaparecida o muerta en vida. Mujeres contra la opresión del Estado, del machismo, del patriarca y del patrón, salen a marchar.





Carolina Argueta
Hace más de dos años que no asistía a una movilización de mujeres. Este 8 de marzo fue un día de mucho coraje, pero también de orgullo porque todas las mujeres que marchamos vamos con el mismo sentimiento de indignación y rabia.
Soy artista independiente y asistí con el colectivo de músicas que durante mucho tiempo hemos sido invisibilizadas por la industria musical. Fuimos cantantes, productoras, ingenieras y nos unimos al enojo por la desigualdad social en la que vivimos.
En esta ocasión quise retratar el sentimiento de impotencia que nos hace querer destruir y quemar todo para que nos volteen a ver, para que se haga justicia por las mujeres que el patriarcado nos ha arrebatado.
Quise retratar que, aunque muchas personas defiendan los monumentos y el capitalismo explotador, como feministas y mujeres en lucha, lo destruiremos todo hasta que se haga justicia, hasta que cambien las cosas.

