Texto y video: Mónica Cruz
El 27 de febrero de 2020 fue confirmado el primer caso de covid-19 en territorio mexicano. Un mes después, dio inicio la implementación de la Jornada de Sana Distancia por parte del gobierno nacional. Estas políticas se centraron en regular el confinamiento de la población para evitar todos los contagios posibles y mantener a raya las condiciones de salud.
Sin embargo, los efectos colaterales de dichas medidas acompañadas por el resentimiento social, no dejaron de presentarse en otros aspectos de la vida. La limitación de concentraciones de más de 100 personas que obligó a los comerciantes del sector público a dejar de trabajar durante meses, es un claro ejemplo de esto.
Las personas dedicadas a la venta de tacos en tianguis y espacios públicos cuentan los sentires que han surgido tras la resistencia ante la crisis económica y la adaptación a un contexto pandémico que pone trabas a su sustento familiar diario.