Texto: Carolina Argueta
Fotos: Cortesía de Palmer Alexander
“Yo tenía mucho miedo de perder oportunidades en la música al convertirme en mamá, porque siento que eres juzgada de otra forma (…) quiero que la gente sepa que ser mamá sí te quita tiempo, pero al final todo fluye” – Palmer Alexander.
Desde el 21 de agosto del 2019, Pamela Alexander García -conocida como Palmer Alexander- está confinada en su casa debido al embarazo de alto riesgo que vivió, sin embargo, éste terminó el 26 de marzo de este año cuando su hija Emilia nació y cuando recién empezaba la pandemia en México.
Aunque lleva casi un año en casa, asegura que ella y su esposo Alan han podido disfrutar del crecimiento diario de Emilia. También ha podido cantar de nuevo y darle forma a las canciones que había compuesto, pues, debido al riesgo de su embarazo no podía hacer ningún esfuerzo, lo que le impedía cantar.

Pamela tiene 32 años y es originaria de la Ciudad de México. Describe su infancia como una etapa muy feliz y bonita, ya que su familia siempre la apoyó en sus decisiones: “Quien más me impulsaba era mi papá, me daba lo que le pedía: guitarra, teclado, clases de canto. Él siempre confió en mí”.
Desde temprana edad estuvo en los coros de su escuela y en todo lo relacionado con la música. Si bien estudió una licenciatura en nutrición, la música siempre fue lo que realmente quiso hacer, y a partir de que empezó a ganar su propio dinero, comenzó a invertirle amor y dedicación a su proyecto artístico.
Ella se recuerda a sí misma como una niña arriesgada y así ha sido siempre: “Yo voy, no importa lo que pasa, yo hago las cosas (…) cuando me enteré de que podía subir mi música en Spotify, no lo pensé y me arriesgué, eso quiero transmitirle a Emilia cuando ella crezca”, comenta.
Su composición antes y después de Emilia
En 2018 Palmer estrenó su EP «Canciones bonitas» en todas las plataformas digitales, conformado por canciones inspiradas en las historias de amor y desamor que sus amigas le contaban. A principios del año pasado estrenó su sencillo “Para ti, para mí”, el cual ha sido su último lanzamiento musical: “Mi música se quedó en pausa, yo no podía cantar por mi embarazo, lo único que hacía era tocar la guitarra pero me sentía muy vulnerable, no tenía muchos ánimos ”, afirma.
A raíz de su embarazo, su manera de ver el mundo cambió, por ende, su forma de componer; no sólo compone canciones de amor o desamor, sino que escribe sobre sus estados de ánimo, su cuerpo y su mente: “Cuando te conviertes en mamá, creces. Las cosas que antes eran muy importantes se vuelven más superficiales y como realmente son”, asegura.
Ser mamá y artista
Aunque tenía miedo de perder oportunidades en la música por ser mamá y ser juzgada, no ha parado: «Instantáneamente la gente piensa ‘tiene un hijo, ya no tiene tiempo, ya no hace música, ya no hace nada’. Ese era un miedo muy grande que yo tenía», afirma.

Sin embargo, se dio cuenta de que cantarle a Emilia con su guitarra es algo que le encanta. Su sueño es que algún día su hija se sienta orgullosa de que su mamá hace música: «Que diga: ‘mi mamá canta, mi mamá está en spotify’, algún día lo dirá». Palmer quiere transmitirle a su hija, que puede hacer lo que ella quiera hacer a pesar de todo y que aunque ser madre es un trabajo pesado, ella no deja de lado lo que le apasiona.
Palmer se sintió acompañada por la oleada de influencers, cantantes y actrices que se convirtieron en madres: «Ximena Sariñana va a tener otro hijo y para mí fue un gran apoyo saber que se puede ser madre y artista, y que no tiene nada de malo», comparte.
La maternidad
Si bien todos los problemas de salud que experimentó el año pasado iban enfocados a que Pamela no podría ser mamá, al final lo fue: “Primero fue difícil asimilar no poder y después sí poder”. Durante ese periodo, compuso una canción que ella describe como una catarsis total y que la llevó a un proceso creativo fructífero.
Aunque cada día y cada mes era considerado un éxito debido a las complicaciones que la hacían pensar que su embarazo no se iba a lograr, cuando al fin se concretó ella se sintió en paz: “Jamás pensé que la maternidad sería algo tan padre como lo estoy viviendo; es una bomba de amor, no podría explicarte el amor que se siente por algo que creaste durante tanto tiempo”, afirma Pamela con una gran sonrisa en el rostro.
Actualmente Palmer y su esposo Alan se encuentran en casa disfrutando del crecimiento de su bebé. Ella se siente feliz, pues a pesar de la situación pandémica que atraviesa la humanidad, siente que su obligación es hacer de su hija una “personita de bien”.
Ella afirma que el mundo está en crisis siempre y que este tiempo sirve para reflexionar. También considera que es una oportunidad de inculcar en las nuevas generaciones pensamientos y valores enfocados a ser mejores personas con el ambiente y con la sociedad en general. Palmer cree que es una gran misión y responsabilidad.
Sus motivaciones y planes a futuro en la música
Palmer conoció a Alan en el año 2006 y aunque asegura que él y su familia la han apoyado con emoción y afecto en su carrera musical, confiesa que ella misma ha sido su principal impulso y motivación: “Podré cantar bien o mal o tocar bien o mal, pero si a mí me gusta y me siento bien, lo demás no importa”, dice entre risas.
En cuanto empezó a ganar su dinero, se compró una guitarra y equipo para poder cantar en vivo, también rentó lugares para poder tocar y dar a conocer su música, pues opina que es importante ser aguerrida: “Entendí que si yo lo quería, podía lograrlo, no me esperé a que me invitaran”.
Su plan a futuro es seguir haciendo música y sacar otro disco. Tiene un gran reto enfrente, ya que dice querer producir sus propias canciones y aunque eso va a tomar tiempo, está decidida a lograrlo. Por el momento se enfoca en hacer shows a distancia, en seguir disfrutando su maternidad y en componer las canciones que emanan de ella.