Texto: Carolina Argueta y Aranza Bustamante
Fotos: Ramón Reverté
“El reto a nivel profesional ha sido importante, increíble, pero en el plano personal no […]. Mi hogar ya no es mi refugio; dejó de serlo y se convirtió en mi campo de batalla”.
Ekaterina Álvarez tomó el cargo de Subdirectora de Comunicación del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) una semana antes de que éste cerrara sus puertas debido a la pandemia actual por Covid-19. Desde el mes de marzo que entró a la subdirección, se ha dedicado en cuerpo y alma a la construcción de una plataforma virtual para mantener las actividades del museo vigentes y visibles para el público.
“Ha sido muy complejo y complicado entrar a un terreno en el que apenas empiezas; quieres proponer muchas cosas, pero la emergencia te gana y hay mucho que resolver antes de proponer, en lo que resuelves lo que ocurre alrededor, propones”, expresa Ekaterina, quien en menos de 48 horas, junto a su equipo, desarrolló el programa #MUACdondeEstés.
Si bien el primer reto para el equipo del MUAC fue crear este programa, el siguiente el reto fue mantenerlo y generar las líneas de programación, lo cual han logrado revisitando y compartiendo archivos del pasado, pero abordándolos desde el presente, planeando nuevas actividades y generando un podcast de corte académico que abarca coloquios, foros, seminarios, entre otras actividades.
El desarrollo de una plataforma virtual, así como la planificación y la toma de acciones para la presencia y la visibilización del arte, han sido grandes retos para el museo y, sobre todo, para el departamento de comunicación, que se ha enfrentado a una situación para la que no estaba preparado.
“El equipo tuvo que grabar tutoriales y recorridos en menos de dos días. Tuvimos que sacar debajo de las piedras lo que teníamos para plantear un programa virtual de comunicación, porque a partir de ese momento el museo iba a empezar a vivir en una plataforma en la que no había vivido antes”, cuenta Ekaterina.
La tarea de todo el equipo a su cargo ha consistido en desarrollar una estructura y una programación totalmente nueva, pues si bien el museo tiene su página web y redes sociales, no contaba con una programación virtual: “El gran monstruo del programa virtual, no existía cuando yo entré, y una semana después lo creamos”, comenta entre risas.
De Editora a Subdirectora de Comunicación
Ekaterina estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad Iberoamericana (IBERO), por lo que su carrera en las letras ha sido rica y amplia: trabajó en la revista académica de la IBERO, escribió para El Universal y para revistas como Expansión y Chilango. Posteriormente, entró de lleno al mundo de los libros al trabajar en la editorial española-mexicana Turner, en donde se especializó como editora gracias a su trabajo en libros ilustrados de fotografía, de arte contemporáneo, de pintura, escultura y más.
Su experiencia en el campo, la llevó a tomar el cargo de editora en el MUAC hace ya siete años. Durante su trayectoria en la institución, levantó una de las colecciones más trascendentes: “Folios MUAC”, los cuales son libros que constituyen una memoria escrita y visual de cada una de las exposiciones del museo.
Ekaterina le tiene cariño a su trabajo como editora y define a los libros de “Folios MUAC” como el resultado de un trabajo artesanal, un trabajo minucioso de investigación: “Yo lo relaciono mucho con oficios como el de un relojero, porque es un trabajo de mucha precisión y dedicación, pero en este caso está combinado con la producción”, explica emocionada.
Para ella, fue un gran compromiso y gusto producir libros a la altura de cada exposición, ya que, según afirma, el MUAC tiene un programa curatorial ambicioso, por lo que los libros que acompañan dichas exposiciones, deben de estar bien configurados, conceptualizados y editados para poder producirse.
“Lo efímero de una exposición, queda registrado en un libro, justamente por eso nos subimos a ese tren de hacer una colección que fuera la memoria de estos”, platica Ekaterina.
Ahora, como Subdirectora de Comunicación, está a cargo del área de redes sociales, prensa y difusión. En esta nueva etapa laboral, ella monitorea la interacción del museo con su público, para conocer de qué manera la institución les habla a sus audiencias, qué identidad verbal y visual construye y de qué forma proyecta a los y las artistas y sus exposiciones.

El drástico cambio del trabajo presencial al trabajo en casa
“La parte personal, laboral y doméstica ha sido muy complicado combinarla. Tengo una niña de tres años, un niño de ocho y un marido. Él escribe guiones, es director de televisión y cine, y también tiene un trabajo muy demandante y ambicioso. Todo ese universo cabe aquí adentro en mi hogar” afirma.
El que antes era un refugio en el que se sentía salvo con su familia, se ha convertido en un espacio en el que se entremezclan todas las partes de su vida: “Yo lo describo como una compresión, a nivel sensación es como si estuviera en una nave espacial de la que no me puedo bajar y en la que cada vez el aire se comprime más. A veces siento mucha asfixia y tengo poco tiempo para estar conmigo misma porque hay demanda por todas partes”, expresa.
El tiempo a solas es uno de los aspectos que más extraña, así como el trayecto a su trabajo, pues esos momentos en los que tenía conversaciones con ella misma antes de iniciar su jornada laboral, han desaparecido.
“Se borraron los límites, ya no existe el día y la noche. Ahora tengo tres turnos de trabajo; antes trabajaba en la mañana y en la tarde, y ahora trabajo mañana, tarde y noche. Después de dormir a mis hijos inicio el tercer turno de todo lo que no pude terminar”, afirma. Ella lucha por volver a dibujar esos límites, pues asegura que esta situación tendrá repercusiones a futuro, más en sus hijos, ya que ellos también están viviendo una ruptura en sus dinámicas infantiles.
Trabajar en casa, implica para Ekaterina y para su esposo, turnarse los días y dividir su día para atender y disfrutar a sus hijos. También han tenido que turnarse para ser maestros y poner atención en los procesos de aprendizaje en casa: “Las cosas se han deformado mucho; la rutina doméstica, la rutina maternal y la rutina laboral, se mezclaron […[, la psique está rota; todo eso se desvirtuó”, cuenta.
Los mayores retos a los que se ha enfrentado el equipo del MUAC
Si bien la pandemia ha traído para ella grandes retos personales y laborales, ha sabido sobrellevarlos y manejarlos de una manera inteligente. Por otra parte para el equipo del MUAC, los principales retos han sido mantenerse visibles para su público y trasladar a la virtualidad las actividades del museo.
“El reto mayor es que nuestra comunidad sienta que no nos hemos ido, que estamos trabajando en otra plataforma, que estamos atendiendo a este público, que hay un trabajo académico y pedagógico; también está el trabajo de la comunicación, porque somos un museo que forma parte de una universidad”.
Para Ekaterina, es indispensable saber cómo han resultado las nuevas estrategias de la programación de #MUACdondeEstés, cuyo objetivo es ofrecer contenidos puntuales para que el público pueda interesarse y leer:
“Ahora nos están haciendo un estudio de públicos de cómo se está comportando el programa virtual en la experiencia del usuario. Para nosotros es importante, es un diagnóstico que nos ayuda a saber si lo que estamos trabajando va por el camino que estamos construyendo o tenemos que buscar otro”, afirma.
Ella reconoce que la creación y el desarrollo de este programa no habría sido posible sin la disposición y el apoyo de todo el equipo del MUAC. Así mismo, celebra la manera en la que se ha llevado a cabo la comunicación interna a distancia, ya que en conjunto, están logrando el objetivo de hacer presente el arte en tiempos de pandemia.
Finalmente, asegura que el museo es fiel a su compromiso con la comunidad estudiantil, académica y con el público en general, así mismo, expresa que el próximo reto a enfrentar es el regreso a las actividades, pues se tendrán que implementar protocolos para que el museo sea de nuevo un espacio seguro y de confianza para sus visitantes.