Texto: Luz Cecilia Andrade
Fotos: Cortesía de Paulyna Ardilla
“Mi cuerpo no pide tu opinión”,“La menstruación no es algo sucio”,“Me gusta el sexo”,“Soy puro fuego”; estas frases, son algunas de las que utiliza Paulyna Ardilla en sus coloridas ilustraciones, donde aborda temas como la menstruación, la salud sexual, las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), la autoexploración y la liberación del cuerpo femenino.
Paulyna es una artista visual e ilustradora de Xalapa, Veracruz, y su trabajo, auténtico e informativo, circula a través de Facebook e Instagram esperando ser descubierto como una invitación a conocer-te y explorar-te.

Para ella, las redes sociales desempeñan un papel importante para la recepción de información y, sobre todo, para la creatividad: “Yo veo las redes sociales como aliadas y el dibujo como una herramienta. Me gusta pensar que es una forma de abordar temas tabúes que a muchas personas les causan pena o vergüenza; siento que el dibujo aminora esa vergüenza y lo hace divertido, diferente a la forma en la que los solemos ver normalmente en los libros y en las escuelas”, comenta Paulyna al otro lado del teléfono.
Los inicios de una artista
Desde pequeña su interés por el dibujo fue notorio. Las heroínas de la serie anime Sailor Moon eran su inspiración y le gustaba mucho intentar replicarlas en papel: “Yo las dibujaba, eran de esas que les cambiabas la ropita y recuerdo que nunca me quedaron igual. Siento que ese estilo que tenía desde el kínder se ha ido transformando y desde ahí no he dejado de dibujar personajes”, afirma Paulyna.
A partir de entonces, su interés por dibujar mujeres se acentuó. La hacían sentir más cómoda consigo misma y con sus diseños que, con el tiempo, se irían puliendo y evolucionando hasta llegar a su propio estilo.

Para ella era imposible imaginar que alguien pudiera vivir de sólo dibujar. Aunado a eso, las opciones para estudiar lo que quería se veían reducidas y de alguna forma eso la desalentaba. Sin embargo, tras pasar por el “súper aburrido” dibujo técnico en secundaria, tenía más tiempo para dibujar y, por azares del destino, aquello le permitió conocer la que posteriormente sería su universidad.
“Precisamente el lugar donde compraba mi material para dibujar estaba en frente una universidad particular que estaba a un par de cuadras de la secu, entonces siempre era como de ‘ay, yo quisiera estudiar ahí diseño gráfico’. Al final, con apoyo de mis papás sí pude entrar y me gustó mucho», comparte Paulyna.
Al entrar a la universidad, aprendió y compartió espacios con profesores “muy chidos” que le enseñaron a encontrar su voz dentro del diseño. En ocasiones, era difícil para ella congeniar con el diseño Gestalt que impartía su universidad: “de repente mi estilo no iba por ahí, siento que mis influencias son más orientales”. Sin embargo, eso no fue impedimento para concluir su carrera con especialidad en diseño editorial. Desde entonces, ha podido trabajar la mayor parte del tiempo creando ilustraciones.

La construcción de un estilo
El nombre de Paulyna Ardilla surgió de su gusto por estos animales inquietos. Desde pequeña, se sintió identificada con las ardillas por ser una persona que se encuentra en movimiento: sin pausas y en constante exploración. Aunque actualmente ya no se identifica tanto con este animal, adoptó este nombre como artista de buen grado.
Por otra parte, la relación que mantiene su inquietud con el constante cambio que experimentan sus ilustraciones, es simétrico: “Creo que mi estilo siempre se va transformando, es como nosotros que vamos creciendo y aprendiendo. Así como mi persona va cambiado, así como voy experimentando cosas, creo que todo se va viendo reflejado en lo que dibujo, en lo que plasmo”, afirma Paulyna.
La paleta de colores y texturas que utiliza en sus diseños, también se transforma. Ella disfruta “experimentar y tener contrastes bien fuertes” entre tonos, principalmente rosados y rojos. Entre risas, asume que estos dos colores no son algo que use diario en su vestir, pero de igual forma los disfruta en sus diseños.
La sexualidad: un tema de “poco tacto”
Con Sonate Pacifique de L’Impératrice sonando a través del micrófono, Paulyna recuerda la primera vez que decidió ilustrar algo en torno a la sexualidad: fue a principios de la universidad, con un cartel que promovía el uso del condón.
“Siempre me interesaron los temas de sexualidad. Mis papás son doctores y siempre tuve acceso a este tipo de libros porque eran cosa que traían a casa. Recuerdo haber visto uno de enfermedades de transmisión sexual y fueron imágenes que me dejaron muy marcada, como de ‘verga no quiero adquirir una’”, comenta entre pequeñas risas al recordar ese momento.
A partir de ahí, escuchar a sus padres hablar en la sobremesa sobre adolescentes embarazadas a temprana edad era impactante para ella e inexplicable y la pregunta constante era: ¿por qué pasaba eso? “Cuando llegó el momento de que mis padres hablaran conmigo sobre el uso del condón, fue totalmente seco, súper cero tacto y lo primero que yo pensé fue: ‘Si ellos que son doctores y deberían de darme una educación sexual completa, me la dieron así, imagínate, con razón hay niñas de 19 años con tres hijos”, comenta sorprendida.
Aunado a ello, el periodo menstrual de Paulyna representó un quiebre en su infancia, ya que iba en quinto de primaria cuando ocurrió: “Sentí muy feo que me bajara de muy niña. Aparte sentía que no había recibido la educación suficiente para usar toallas, como que todo eso que me faltó, de alguna forma yo quería que a nadie más le faltara”, afirma.
Para ella, no tener con quien hablar sobre su proceso, resultó preocupante en su adultez, porque muchas niñas se han encontrado en la misma situación. En palabras de Paulyna, percatarse de que a la gente le hace falta mucha educación sexual desde una edad temprana fue terrible.
Pensar que las principales afectadas son las niñas le causaba malestar: “No me gustaría que una niña creciera así, señalada por quererse expresar y sobre todo sexualmente. Ese es el objetivo, quitar el tabú de una forma chida. No sé, siento que falta mucha educación sexual y me gusta pensar que pongo un poquito de mí a esa parte”, explica.

El dibujo: una herramienta de transgresión
A partir de este sentimiento, la empatía y ganas de ver a las mujeres libres de ataduras en su vida sexual, abrieron paso a la creación de las primeras ilustraciones de Paulyna Ardilla hace aproximadamente un año en Instagram y Facebook: “Empecé a trazar una línea de los temas que quiero hablar. Me volví feminista porque no lo era. Afortunadamente me ha gustado cómo se ha ido desarrollando todo, cómo ha ido creciendo la comunidad y la verdad lo hago con mucho amor y con todo el gusto”, afirma.

Desde su trinchera, Paulyna Ardilla sigue aprendiendo y estudiando para crear contenido de calidad, justificado y argumentado. Para ella, las redes sociales son su principal aliado y cuenta con ellas para llegar a muchas más personas que, como ella en su momento, no tuvieron o han tenido una orientación sexual adecuada.
Con voz firme asevera: “Aquí el problema no eres tú, es todo el medio en el que hemos crecido. Toda la cultura, la religión, cómo nos ha repercutido desde la infancia, por eso, creo que el dibujo transmite poder, fortaleza y libertad”
“Son momentos en los que están ocurriendo muchas cosas, creo que son momentos para crecer, para cambiar e ir derribando miedos, tabús. Creo que las mujeres y también los hombres debemos abrirnos más, aceptar más, experimentar y dejar los prejuicios poco a poco”, concluye Paulyna Ardilla con voz serena y relajada.