Texto: Aranza Bustamante
Foto: Andrea Murcia
Miedo e incertidumbre, cambio radical en sus agendas; caretas, cubrebocas, desinfectante y redes de apoyo. Así es ser fotoperiodista en tiempos de coronavirus.
De un momento a otro todo ha cambiado en México y en el mundo. La pandemia actual por coronavirus ha modificado por completo las dinámicas de la sociedad. Por supuesto, el periodismo se ha visto afectado. Se trata de una actividad que, como muchas otras, no puede parar por su responsabilidad social de informar sobre lo que sucede en el mundo.
Ante el cambio radical de panorama y de las prácticas sociales, el periodismo ha tenido que modificar gran parte de sus agendas de trabajo; las y los periodistas, fotógrafos y reporteros son personas que no pueden parar porque la información y los hechos nunca se detienen. El confinamiento sólo es para unos cuantos: aquellos que pueden.
Cubrir una pandemia como la del Covid implica una serie de riesgos de los cuales hace falta hablar porque al final quienes ejercen el periodismo son seres humanos: con miedos, inquietudes y una familia que los espera en sus casas.
Por ello, Voces de quimeras entrevistó a tres fotoperiodistas de distintos medios, que nos hablaron sobre su día a día desde que inició todo en la Ciudad de México, lugar en el que residen.
Andrea Murcia es fotógrafa de la Agencia Cuartoscuro y desde que inició la pandemia en la ciudad, se le ha pedido que cubra situaciones que tengan relación al Covid; sus fotografías se centran en gran medida en personas que como ella, no pueden quedarse en casa.
Todos los días Andrea sale a la calle en busca de historias. Su agencia le ha dado mayor libertad para elegir aquello que quiere retratar. Esto es algo que normalmente no sucede, ya que suelen darle una agenda muy específica. A Andrea le agrada mucho porque considera que ahora “son muy humanas las coberturas”.
A Lucía Flores, directora de la agencia Obturador MX y fotógrafa de El Financiero, le sucede algo similar, pero con la diferencia de que el periódico en el que labora, le ha pedido elegir lugares específicos para darles seguimiento conforme se desarrolla la pandemia.
Sus días se han hecho más pesados porque además de lo que le piden, ella busca historias que tengan relación con temas que le gustan. Lucía ya no tiene una agenda fija y agradece la libertad que se le ha dado de proponer.
Por su parte, Fernanda Rojas, fotógrafa de la agencia Obturador MX y becaria de El Universal, cuenta que su agencia se ha portado muy comprensiva ante la situación, ya que ahora son más flexibles con la agenda. Sin embargo, El Universal le ha pedido dejar de laborar para evitar que se contagie.
La agenda para Fernanda ha cambiado radicalmente y al contrario de Lucía y Andrea, ha disminuido; si antes salía cinco veces a la semana y cubría de tres a cuatro eventos al día, ahora sale tres veces y cubre sólo un evento. Todo lo que cubre actualmente tiene relación con el Covid.
Las medidas de protección
“El papel de los periodistas en informar al público durante la crisis actual es absolutamente crucial (…) La seguridad física y psicológica de los periodistas debe ser lo primero”
Chakchouk, Subdirector General de Comunicación e Información de la UNESCO, 27/Marzo/2020.
Las tres fotógrafas coinciden en la manera en que se protegen: utilizan cubrebocas, medida que refuerzan con caretas de plástico. También hacen uso de toallas sanitizantes, desinfectantes, lentes y siempre tratan de mantener su sana distancia.
La medida más importante para evitar contagiarse es: desinfectar su cámara luego de que terminan la jornada laboral, cambiarse de ropa o bañarse de ser necesario, y en el caso de Lucía, ella opta por no introducir su mochila a su habitación y prefiere dejarla en un cesto. Adicionalmente rocía su ropa con desinfectante.
La situación no es la misma para todas
Andrea cuenta que durante las coberturas que ha hecho, le ha tocado que las personas están muy abiertas a hablar: “Ahora vas a un vas a un mercado y la gente que antes no quería que le tomaras foto quieren que los escuches y que les tomes fotos, que hagas visible que no tienen trabajo y que están viviendo en la precariedad”.
Sin embargo, a Fernanda le ha tocado una situación completamente diferente; cuenta que ha tenido inconvenientes sobre todo en lugares como mercados, al grado de gritarle porque creen que por su culpa los van a quitar: “Ese no es mi objetivo, el fin de la foto es documentar cómo se está llevando la pandemia en esos lugares”.
El miedo, un sentimiento colectivo
A pesar del apoyo de su agencia y de sus compañeros, Andrea cuenta que se siente muy vulnerable. Su mayor miedo es enfermarse, no sólo porque se encuentra lejos de su casa -ella es de Guadalajara-, sino porque podría contagiar a personas más vulnerables y tendría que dejar de trabajar.
Lucía coincide con ese sentimiento: “Tengo miedo, tengo incertidumbre. Estoy a la expectativa de lo que nos puede pasar y de lo que puedo seguir contando; pensar en que hay gente más allá de lo que estás acostumbrado y ver cómo el periodismo y tus fotos pueden seguir ayudando a la sociedad”.
Pero el miedo está presente no sólo por el Covid, sino por la inseguridad, una problemática que no para y por la cual siempre salen acompañadas a cubrir su agenda. Diario cargan con equipo fotográfico, y debido la pandemia, las calles están cada vez más solitarias, lo que podría derivar en un robo.
La importancia de tejer redes de apoyo
Las redes de apoyo entre fotógrafos son uno de los puntos claves para sobrevivir trabajando en esta pandemia. Las tres fotógrafas coinciden en que el apoyo entre compañeros es esencial.
“Se formó un grupo de apoyo entre fotógrafos en WhatsApp durante la cobertura por si llegas a tener algún problema con la autoridad, si quieres que alguien te acompañe a cubrir algo o si necesitas un teléfono para pedir permisos. Además, hay gente de Artículo 19 que está apoyando, y hay una base con nuestros datos”, menciona Fernanda.
Lucía cuenta que desde que todo inició, tratan de no salir solos, sino que se acompañan y aconsejan dónde comprar los insumos que utilizan para protegerse: cubrebocas, caretas, mascarillas, etcétera.
Mientras algunos ejercen el periodismo con responsabilidad, otros desacreditan a autoridades satinarias
Los riesgos a los que se enfrentan los periodistas, fotógrafos y reporteros son reales. A pesar de las medidas de protección que toman cada día para salir a las calles y cumplir con su respectiva agenda, en México existen periodistas que llaman a no creer en las autoridades sanitarias.
La noche del viernes 17 de abril Javier Alatorre de TV Azteca recomendó en su noticiario que “no se haga caso a Hugo López-Gatell”. Alatorre aseguró durante la transmisión de Hechos Noche que las conferencias y cifras del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud nacional, se han vuelto irrelevantes.
Desde ese momento, el tema ha sido uno de los más comentados en redes sociales, donde el debate ha alcanzado a políticos, especialistas y sociedad civil, quienes calificaron su recomendación como grave e irresponsable, debido a que TV Azteca es uno de los noticieros más vistos del país.
Hacer caso a recomendaciones como estas implicaría un mayor riesgo para la población que debe salir de sus casas a diario para ir a trabajar, o peor aún, para personas que no tienen un lugar en el cual estar.